13/8/09

Cuando apareció el primer hipermercado, los vecinos sentimos un alivio: ya había pasado la época de los súper y el mercadito de acá a la vuelta era parte de la prehistoria; así que cuando nos dimos cuenta de que nuestro barrio había definitivamente entrado en la era de lo “híper” nos tranquilizamos todos un poco. No es que seamos hipermodernos ni tampoco hipersensibles pero ver que alguien se animaba a invertir en nuestras cuadras significaba que en verdad no estaban tan venidas a menos; que si bien a las puertas de roble no les quedaba ni rastro de barniz, no había mal que dure cien años ni tampoco barrio que lo resista.
La abuela fue la primera que intentó pronunciarlo: dijo algo así como uoluart, pero mi hermana, que siempre la tuvo re clara en inglés, le explicó: “no es uoluart, es Wal Mart”. Yo le pregunté cómo se pronunciaba la estrellita que estaba en el medio pero ahí no me supo responder y que vos siempre le buscás la quinta pata al gato, qué importa la estrellita, es Wal Mart. Mejor no preguntar, entonces, y uno a uno todos los vecinos fuimos entrando por una puerta que se abría sola: las maravillas de la tecnología, diría después mi papá. Me acuerdo de que mi primo me contó que en una ciudad de Italia la gente navegaba en góndolas, y yo le dije algo así como que los hipermercados tenían góndolas pero no eran botes; él ya no me escuchaba, me había subido al primer carrito que tenía a mano y me hacía navegar por los pasillos. En pocos minutos, pasábamos de la verdulería con el olor de los kiwis que se mezclaba con el de la espinaca, a la sección de alimentos para perros. Un día miré para arriba y vi una cara amarilla que me sonreía, le devolví el gesto y leí “precios bajos, siempre”. Me imaginé los precios bajos, yo ya había crecido porque estaba en quinto y la señorita decía que éramos chicos grandes y que no podía ser que nos sigamos portando como los de primero. Pero no importaba, el hecho es que ya medía un metro treinta y me daban un poco de lástima esos precios que todavía no habían crecido.
De fondo se escuchaban las ofertas del mes, alguien que repetía “llevá dos, pagá uno”, mi primo diciendo ni loco, ya bastante pesás vos, mirá que voy a llevar dos si apenas puedo con uno. Y yo pegándole y gritándole que no me trate de gordo, el carrito que volvía a andar y terminábamos en la sección de electrónica. Nos fascinaba todo: los televisores, las computadoras, los videojuegos en tres dé. Y así como si nada, aparecía mi hermana que ya había paseado por los pasillos de cosmética y ropa femenina y me preguntaba si me había dado cuenta de la luz tan blanca del Wal Mart –le encantaba pronunciarlo en inglés–, y yo diciéndole que sí, que estaba tan pálida, que tal vez esa luz nos termine haciendo blancos, como a Michael Jackson. Y ella me aclaraba que no, que ése se había bañado en leche y los dos nos imaginábamos miles de sachets volando por encima de las góndolas, la leche blanca cayendo, la vía láctea en un hipermercado. No teníamos tiempo para terminar de hacernos la escena, cuando papá y mamá ya nos estaban pidiendo que nos quedemos haciendo la cola, que no nos movamos de ahí y de repente una señora que nos decía: “buen día, bienvenidos a Wal Mart” (mi hermana orgullosa: “yo lo pronuncio mejor”).
Con el tiempo, volvimos de los híper a los súper y mi mamá asegura que ya no hay héroes. Mi abuela está contenta porque no tiene que aprender inglés y mi papá dice que extraña las puertas que se abren solas. Yo de vez en cuando voy al mercadito de acá a la vuelta, aunque la otra vez vi a un chino llorando en la tevé.

12 comentarios:

Meli Agamennoni dijo...

me acuerdo cuando wal mart llegó a bahía. fue todo un acontecimiento! jaja
y también, durante mucho tiempo, me llamó la atención el cartel de 'precios bajos, simpre'... hoy me siento identificada, pero cambiándolo a 'metro cincuenta, siempre' (? next, no? jsjs)


me gustó mucho gas! como siempre, bien tuyo, bien VOS, y eso me encanta! :)

Bruno dijo...

tiene razon meli, muy bueno y muy vos,
me gustó mucho el final.
interesante ver como el mismo fenómeno (el de la globalización) trajo hipermercados y mercaditos chinos de mala muerte..

nos vemos el domingo papurro,
te quiero

:)

Mariana dijo...

no sé, pero el personaje de tu hermana me recuerda a una cena en tu casa donde nodigamosquién pronunció muy mal el nombre de una banda y cierta persona lo corrigió jaja


no se junten con bruno sin mi :P
los quiero :)

Natalia Martirena dijo...

si!!!! si !!!! el mercadito con ese olor a aceitunas, fiambre y pan!!! son lo mejor. Me gusta tu blog, lo veo muy familiar y no sé porqué aún...

Meli Agamennoni dijo...

volviendo a leer el texto, me llamó la atención la parte en que tu hna te cuenta que jackson se había bañado en leche, y todo lo que sigue después... muy copada ! la vía láctea en un supermercado! resultado no del derrame de una diosa griega por no querer amamantar a su hijo, sino de la simple imaginación de un niño agentino.

Meli A. dijo...

*argentino.

Candela Sanchez Fourgeaux dijo...

Simplmente genial Gas !
L analogia con Mickael es muy divertida,
hoy nos vemos despues de aprox. dos meses de vacaciones, q paja !
igual me dan ganas de volver a las clases de taller, aunq sea a la primera
un besito :)

Anónimo dijo...

Sabés que yo siempre me daba cuenta de que a los Argentinos esas cosas que parecen modernas les re gustan. Y a veces pensaba que les gusta demasiado y que no llegan a criticar nunca lo que parece moderno pero que pueda ser peligroso y malo (hablando de la monopolización y la globalización económica de empresas extranjeras, especialmente americanas).
Me encantó leer eso porque parece que al final no tuve razón. Aunque les gusta tener todo muy moderno se puede "resistir" y volver al mercado de al lado. Eso tambien porque se conoce el senor quioskero y porque comprar no es tanto consumir si se compra algo al lado (entendés la diferencía? - a mi no me gusta la sociadad de consumo y esa esta muy fuerte en Alemania -).

En Alemania los pequeños mercados desaparecen porque los grandes mercados son mas baratos. Quiosquos casi no existen, porque la gente alemana no compraría las cosas ahí. Así que en Alemania tenemos casi solo las cadenas grandes. La consequencia no solo es que la qualidad de la comida y tecnicá está cada vez más baja pero tambien que se paga menos a la gente que trabaja ahí (por la situación del monopolio) así que esa esta más desatento.

Bueno y ahora te cuento que me gustan la historias que escribís porque son muy literarias y menos (como yo veo mucho al mundo) criticando (por ahi lo notaste en mi comentario de arriba).
Me gusta tu manera de ver y describir las cosas así que parecen ser pequeñas historias de la vida quoitidiana. Y me encanta leerlo porque me encanta leer algo argentino, algo de la vida y cultura differente que existe al otro lado del mundo. Una pequena historia sobre como se vive y sueña en este país que me gusta mucho y que extraño cada vez más que veo las fotos de uds y leo el castellano de uds en el internet.

Ann

Anónimo dijo...

Gas
me uní a la comunidad blog :)

Anónimo dijo...

gracias Gas por tus comentarios! :)
me alegraron muucho!
niii te comparás con el comentarista de confesionarios jaja

un besoo
yo también te quiero mucho :)

Bruno dijo...

en el anterior post,
vi que le respondiste a alguien
en tu mismo blog!!!!!!!!!!

traidor

Random Thoughts dijo...

me re gustaaaa estee! no lo habia leidoo :B

aca estoy firmandote el blog asi no me bardeas despues =p AUNQUE nunca firmes el mio ¬¬ No tiene una mierda, pero ble ajajaj

t quiero !

(ai te lo dije!! asi no me decis q nunca te digo te quiero ¬¬)