29/6/09


Mi papá está con el campo. Mi mamá con el gobierno.
Hace ocho años están separados. Supongo que al menos el divorcio sirvió para evitar otro conflicto nacional.

6/6/09

Una especie de reciente aparición en el territorio argentino ha sido el pastor brasileño. Mamífero de la familia evangelius, su extendido período de celo ha provocado la reproducción desmedida de este animal. Los biólogos aún discuten si se trata o no de una plaga.
El origen de este cuadrúpedo se sitúa en el Amazonas de Brasil, donde el clima benevolente y la excelente disponibilidad de alimento han posibilitado un rápido desarrollo de esta especie. Diversos especialistas en el tema afirman que, debido a la persistente tala de dicha selva, este mamífero ha decidido emigrar a tierras aledañas.
Los pastores brasileños suelen ser de contextura grande o, como se dice coloquialmente, “rellenitos”. Algunos científicos sugieren que tal vez se deba a una excesiva ingesta del “pan de cada día”. Además de este alimento, la dieta de este animal es a base de arroz blanco y feijão.
Se adaptan a diversos hábitats: la Iglesia Universal del Reino de Dios, ciertos canales de televisión y las variadas mansiones en donde viven. En la TV gustan de aparecer a la noche en donde prometen diferentes milagros a cambio de cierta cantidad de dinero. Debido a esto, los mitólogos han comparado a este mamífero con las sirenas: el canto atractivo –afirman– puede ser mortal.
No ladran ni maúllan, pero suelen emitir una y otra vez el mismo sonido: ¡pare de sufrir!. El lenguaje que utilizan es más bien gestual, aunque en ciertas ocasiones llega a ser verbal. Suelen inventar neologismos como “hoy tenemos una persona dolida de sentimiento”, creando así una mezcla extraña entre el español y el portugués. Sin embargo, especialistas en comunicación animal afirman que el pastor brasileño posee un lenguaje más evolucionado que otros especímenes provenientes de Brasil, a saber, Anamá Ferreira que, luego de treinta años de vivir en tierras hispanohablantes, todavía dice “bom dia”. De este modo, los pastores brasileños se ubican, en la cadena evolutiva, entre Anamá Ferreira y el homo sapiens.
Ciertos hábitos de esta especie son: pedir limosna, sacar demonios, prometer una vida mejor después de la muerte, bendecir en el nombre de Cristo y vender agua bendita por televisión. En este último caso se emparentan con otro miembro del reino animal, el vendedor de Sprayette, quien también profetiza múltiples desgracias en caso de no llamar en los próximos treinta minutos.
Aún se encuentra en discusión el supuesto poder curativo de este mamífero. Algunos etólogos sostienen que son capaces de salvar a una persona de la drogadicción, la anorexia, el alcoholismo, el SIDA, las peleas familiares, la envidia, los demonios, la mala suerte, la discapacidad motriz, el hambre, la gula y la avaricia. Para todo esto, claro está, ¡llame ya!
Este animal suele ser depredador de Xuxa, un espécimen que también proviene de Brasil. Gracias a diversas organizaciones ecologistas, aún no han podido extinguirla. Así, mientras los pastores brasileños auguran un futuro aterrador, invocan a los mil demonios y vaticinan el Apocalipsis, Xuxa sigue cantando: “todo el mundo está feliz, ¡muy feliz!”.