26/4/09

Receta para hacer una maestra ciruela
Ingredientes: una maestra, treinta alumnos, polvo de tiza (a gusto), un borrador. Preparación: se coloca la maestra en un aula, se revuelve con los chicos que no paran de hablar, la maestra que se enoja y acerca el dedo índice a los labios, lo ubica de forma vertical, sacude la otra mano y repite: la lechuza la lechuza hace sh hace sh todos calladitos como la lechuza que hace sh que hace sh. Una vez bien mezclada la masa, al ver la maestra que los alumnos no se callan, procede a tomar el borrador, lo golpea en el pizarrón, grita una vez: “chicos, ¡hagan silencio!”, les pregunta: “chicos, ¿en qué idioma les hablo? ¿en chino? ¡les dije que hagan silencio!”, los chicos que no entienden, los chinos tampoco, el borrador que sigue golpeando el pizarrón, el polvo de tiza que cae sobre el piso, la maestra que insiste: “¿qué se piensan, que esto es una cancha de fútbol?”. Cuando la mezcla adquiere forma consistente, se la lleva al horno, de repente se hace silencio y, entonces, para romper el hielo, se grita bien fuerte: “¡honor y gratitud, al gran Sarmiento!”.

11/4/09

No me acuerdo la primera vez que hice clic en Inicio. Desde ese día al día de hoy, menos aún sé la cantidad de veces que apreté la opción “Aceptar” o “Cancelar”. Lo que sí me acuerdo son los primeros días que estrenamos compu en casa. Era, para todos, un objeto sagrado, el comentario de la familia, algo que mejor no tocar, no vaya a ser cosa que la rompás. Como los días pasaban y nadie se animaba, mi mamá decidió llamar a Sandra, una profe de computación. Hablaba con palabras difíciles que tardé mucho en asociar: ésta es la memoria ROM, que es diferente a la memoria RAM, éste es el CPU y éste es Winamp. Entendí todo lo que me interesaba: cómo ir a Programas y después Accesorios para jugar al Buscaminas o al Solitario, cómo hacer dibujos malísimos en el Paint o cómo escribir cartas que nunca iba a enviar.
Con los años, la compu pasó de estar prendida media hora a casi no ser apagada. De a poco, fuimos cambiando el Buscaminas por el Counter Strike, el ICQ por el Skype, el Solitario por el chat. A Internet un día entré y hasta el día de hoy no puedo escapar. Algunos dicen qué tanto habrá. No sé si hay tanto, pero algo sí hay. Nombro, por ejemplo, Wikipedia, Youtube y algún que otro diario online. Todavía no encontré ningún amor por Internet, pero bien vale intentar. A veces me pregunto: si Julieta hubiese nacido en el siglo veintiuno, ¿conocería a Romeo por el chat? ¿Escribiría como mensaje para mostrar “oh Romeo, Romeo, dónde estás que no te veo”? Romeo y Julieta, ¿tendrían un romance virtual?
Del Inicio de la primera compu quedó poco. En el Windows actual ni siquiera aparece la palabra: hay un logo y un círculo, y nada más. La barra de tareas ya no es gris y el MSN ahora se llama Messenger Live. Como dice un viejo tema: cambia, todo cambia. Con el tiempo, Windows y yo también cambiamos.